Almuerzo de fin de año con todos los chicos, un abuelo, y todos los papas que fueron a colaborar con la cocina y la limpieza del lugar.
Realmente fue un día muy emotivo, ver a tantos niños corriendo y jugando, por momentos se olvidan de la realidad que les toca vivir y eso es muy importante, regalarles un poco de felicidad, de amor, y ternura. Son chicos que necesitan mucho afecto, te das cuenta cuando llegas y te abrazan, los abrazos son tan lindos que te quitan la respiración y no querés que se terminen nunca.
La colaboración de todos los niños y los papás fue excelente, es muy conmovedor ver los valores que les enseñanan de respeto por ejemplo, o agradecer y bendecir los alimentos antes de cada comida.
Había aproximadamente 100 personas.
La fundación Santa Clara donó los helados y un compañero de Saltcard donó muchas golosinas para que podamos repartir al finalizar la comida.
Fue un día grandioso para todos, especialmente para mí, que comparto con ellos tanta alegría.
Mónica
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